Allá por 2004, el inventor de Bathmate, John Oakes, desarrolló una bomba de hidroterapia diseñada para ayudar a un amigo; al darse cuenta de que esta bomba ofrecía más que unos pocos resultados, John se reunió con algunos asociados para lanzar oficialmente Bathmate como empresa en 2006. Diseñadas originalmente para ayudar a combatir la disfunción eréctil, los usuarios percibieron que las hidrobombas también hacían agrandar el pene y mejorar la calidad de la erección. Desde entonces se ha convertido en la marca de bombas para el pene más vendida del mundo, con más de un millón de unidades vendidas en todo el mundo.